No todos los expertos del mundo son partidarios de un confinamiento estricto, sobre todo en esta segunda oleada en que ya se conoce mejor la transmisión y los efectos del COVID-19.
Recientemente ha aparecido una propuesta de “Protección enfocada” firmada este 4 de octubre por numerosos (y prestigiosos) profesionales de la salud, La declaración de Great Barrington, que aboga por proteger a las personas de riesgo y dejar que los demás se contagien más o menos libremente hasta alcanzar la inmunidad de rebaño.

Los primeros firmantes de la declaración, de izquierda a derecha: El Dr. Martin Kulldorff, bioestadístico y epidemiólogo, catedrático de Medicina de Harvard, la Dra. Sunetra Gupta, epidemióloga, catedrática de la Universidad de Oxford, y el Dr. Jay Bhattacharya, médico epidemiólogo y experto en política sanitaria, catedrático de la Facultad de medicina de Stanford.
Las firmas de adhesión a la declaración crecen como espuma. Yo visité la página el día 8 y había algo mas de 4.000 firmas de epidemiólogos y científicos de salud pública, además de unos 7.000 profesionales de salud en ejercicio y 100.000 del público en general. Hoy (día 11) son ya mas de 7.000, 17.000 y 250.000 respectivamente.
La declaración de Great Barrington analiza los efectos desastrosos del confinamiento estricto, tanto en la salud física por otras patologías como el cáncer o las cardiovasculares, como en la salud mental y en la economía, que están afectando y seguirán en aumento. La mayor carga la soportarán los trabajadores y los jóvenes.
Además, cuánto más se sabe del virus, más queda claro que la incidencia grave entre los jóvenes y sanos es mil veces menor que para los ancianos y enfermos. En concreto para los niños es menos peligroso que la gripe y otras muchas enfermedades comunes.
Por lo tanto, argumentan, mantener el confinamiento hasta que esté disponible una vacuna causará graves daño, especialmente entre las clases menos favorecidas.
¿Qué proponen entonces exactamente? En primer lugar, que las residencias de ancianos (que son los más afectados) sea atendidas exclusivamente por personal que haya adquirido inmunidad y se hagan frecuentes test a los internos y los visitantes.
Los jubilados deberían quedarse en casa y se les debe suministrar la comida y otros bienes esenciales. Los demás deben de llevar vida normal, tomando precauciones de higiene y simplemente quedarse en casa si enferman.
Si queréis más detalles podéis ver la declaración completa en esta dirección web: https://gbdeclaration.org Hay una traducción al español, pero es penosa (aunque se acaba entendiendo), por lo que os recomiendo la versión original en inglés. También podéis firmarla si os parece correcta la propuesta.
A mi entender el análisis es más completo que la mera consideración de la reducción de casos a ultranza, aunque a saber qué infraestructura y organización médica y social tiene que tener una sociedad para aplicar estas recomendaciones y que sean eficaces.
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