La Navidad y el solsticio

La Navidad y el solsticio:

La Navidad es el 25 de diciembre, pero ¿por qué? Se supone que es porque ese día nació Jesucristo, pero no es verdad. Me estoy quitando de los libros, pues prefiero tirarlos yo a que tengan que tirarlos mis herederos, pero a veces suceden cosas raras. Iba pues a tirar un libro, pero me picó la curiosidad, y en lugar de tirarlo empecé a leerlo, ya que no recordaba haberlo hecho antes. El libro en cuestión es una guía del Nuevo Testamento escrita por Isaac Asimov allá por 1969. Es curioso que Asimov, un bioquímico, y famoso autor de ciencia-ficción, escribiera un libro sobre la Biblia, así que lo estoy leyendo antes de tirarlo. La cuestión del nacimiento de Jesús es una de las que comenta con cierta extensión. La verdad es que no hay mucho que se pueda saber sobre la fecha del nacimiento. Por ciertas alusiones a los gobernantes que estaban en el poder, como Herodes, se deduce que Jesús no pudo nacer más tarde que el año 4 a.d. C, es decir, antes de sí mismo, pues este es el año en que murió Herodes, según el historiador judeo-romano Flavio Josefo. No sabemos el año del nacimiento de Jesús, pero ¿podríamos saber el día? Tampoco, la fecha concreta no figura en ninguna parte. El evangelio de Lucas, que es el que más detalles da sobre el nacimiento y la infancia de Jesús, no menciona el día ni siquiera la época del nacimiento. La única pista que da Lucas es que los pastores dormían al raso cuidando sus rebaños. Parece que cuidar rebaños al raso no es tarea de invierno, pero el invierno en Judea no es precisamente muy frío. Lo de la nieve en Navidad es un invento posterior, y muy alejado de Judea, pues se refiere a Europa central, así que el nacimiento de Jesús pudo ser en invierno, o no. Otro cálculo, que he encontrado en la Wikipedia, basándose en el turno que oficiaba, como sacerdote en el Templo de Jerusalén, Zacarías, padre de Juan el Bautista, cuando tuvo lugar la concepción de éste último, llega a la conclusión de que Juan nació en marzo y Jesús nació aproximadamente seis meses después, en septiembre, fecha más acorde con los pastores durmiendo al raso.

Otra pista podría ser el viaje de José y María a Belén desde Nazaret, para cumplir con el censo, que se menciona en el mismo evangelio. Pero tampoco parece que fuese muy común hacer censos en invierno y no se encuentra ninguna mención histórica de dicho censo. Por no mencionarse, el censo tampoco se menciona en ningún otro de los evangelios. Pista inútil, por tanto, que probablemente se deba al intento, poco verosímil, de justificar que Jesús cumplía las condiciones que imponían las escrituras al Mesías: nacer en Belén y ser de la estirpe del rey David, aún cuando sus padres residían en Nazaret, y el mismo Jesús era conocido como “el nazareno” según los evangelios.

Veamos otro episodio muy conocido del momento del nacimiento: la estrella de Belén, y la adoración de los magos, que menciona Mateo, y solo Mateo. La estrella de los magos podría haber sido una supernova o un cometa, pero no hay registros de ninguno de estos fenómenos que puedan datar el nacimiento de Jesús.

Una fecha que si es fácil de localizar es la de la muerte de Jesús, pues coincide con la Pascua judía. Pero la Pascua era, y es, una fiesta móvil, es decir cambia cada año y este cambio se ha trasladado al calendario cristiano para la Semana Santa. Esto se debe a que el calendario judío era de origen asiático y se regía por meses lunares, cada uno de 29,53 días solares medios, por lo que los años de 12 meses se quedan cortos (355,5 días) y hay que alternarlos con años de 13 meses para ajustarse al ciclo de las estaciones. Es lo que hacemos nosotros con los años bisiestos, en el calendario Gregoriano (del papa Gregorio XIII), que reformó el calendario Juliano (introducido por Julio César en el 46 a.d. C). Esta reforma del calendario, sin embargo, no afectó por igual a todas las iglesias cristianas, y las iglesias ortodoxas han seguido celebrando la Navidad el 25 de diciembre del calendario juliano, que corresponde al 7 de enero del calendario Gregoriano (salvo la Iglesia Ortodoxa Armenia que la celebra el 19 de enero).

Pero, volviendo al nacimiento de Jesús, ¿por qué entonces el 25 de diciembre? Veamos qué pasa ese día. En el calendario Juliano el 25 de diciembre era el solsticio de invierno, aunque en el calendario actual ocurre entre el 21 y el 22 de diciembre. Solsticio proviene del latín sol-stitium; formado por «sol» y «stit-» del verbo «sistere»= detener, esto es, el sol quieto o parado, porque durante los solsticios, el sol parece detener su marcha. En concreto en el solsticio de invierno, el Sol detiene su caída y comienza de nuevo a ascender, renovando el ciclo de las estaciones. En Roma este momento del nacimiento anual del Sol o del “Sol invictus”, era muy festejado y se detenía el trabajo durante varios días (primero fueron 3 días, luego subió a 7 días), había grandes fiestas, banquetes y regalos. Incluso los esclavos gozaban de privilegios especiales. Eran las fiestas saturnales, en honor a Saturno, dios de la agricultura, tan ligada a las estaciones. Para los cristianos primitivos éstas eran fiestas paganas, llenas de excesos y pecados, y no las celebraban, aunque si celebraban la muerte y resurrección de Jesús, la Semana Santa, que cambia cada año como la Pascua judía.

La cuestión es que, una vez extendido el cristianismo fuera de Judea, y mas al hacerse religión oficial del Imperio romano, con Constantino, era difícil desechar unas fiestas tan arraigadas en la tradición romana como las saturnales. Más aún, era un gran hándicap para conseguir nuevas conversiones al cristianismo el que los conversos tuvieran que renunciar a las fiestas mientras los no conversos disfrutaban de ellas. Ya Paulo de Tarso (luego San Pablo) había eliminado la necesidad de la circuncisión, como concesión para poder extender el cristianismo en zona de gentiles. Más aún, en las fechas más tardías del cristianismo en Roma (siglos III y IV), se había incluido en el olimpo romano, y era bastante popular, el culto de Mitra, un dios originario de Asia Menor que se suele representar con un gorro frigio y sacrificando un buey. El caso es que Mitra nació de una virgen el 25 de diciembre, en el solsticio. Era bastante parecido al caso de Jesús y podía ser aprovechado, porque, al no saberse qué día nació Jesús, cualquiera es bueno y el solsticio, las fiestas de Saturno o las de Mitra, vienen al pelo para asignarse al nacimiento de Jesús. Este pues, parece ser al origen de la Navidad, un caso de cristianización de fiestas paganas, como otros muchos, que se establece tardíamente, unos 300 años después del nacimiento de Jesús.

Cualquiera que no quiera celebrar una fiesta cristiana, por el motivo que fuera, puede también aprovechar las fechas y celebrar el solsticio de invierno, con la remontada del Sol en el cielo, que es un hecho astronómico, independiente de creencias. ¡Ojo!, solo en el hemisferio norte. De todas formas, sería recomendable esperar al 7 de enero, como las iglesias ortodoxas, cuando las viandas y regalos están de rebajas, pasada la vorágine consumista (bastante pagana, por cierto) de las Navidades.

¡Feliz solsticio!, pues.

Publicado por Manu Barandiaran

Profesor emérito de la Universidad de País Vasco

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