La ciencia y la religión han tenido encuentros y desencuentros diversos. En algunos casos la religión se ha basado en la ciencia para apoyar pasajes de sus enseñanzas o creencias que admite sin mas, pero que prefiere «probar científicamente» para convencer más aún a sus seguidores o captar otros nuevos. En otros casos la religión ha visto que la ciencia desmentía alguna de sus afirmaciones. En estos casos la religión ve a la ciencia como un conocimiento materialista y sin moral y la rechaza. La ciencia por otra parte ha tratado con algunas creencias religiosas y las ha acabado calificando de supercherías, por lo que ve a la religión como un engaño. En realidad, ambas pertenecen a esferas distintas de la actividad humana. La ciencia es racional y la religión se basa en creencias y sentimientos. No es por tanto comparable y en muchos casos conviven en la misma persona sin grandes interferencias. La capacidad de analizar espectros de sustancias químicas, por ejemplo, no tiene por qué interferir con la necesidad de consuelo que puede proporcionar la práctica religiosa. Así, grandes científicos han sido religiosos practicantes. Michel Faraday, por ejemplo, fue ministro de una pequeña iglesia protestante, los Sandemanianos, hoy desaparecida. Otros sin embargo eran mas críticos con la religión pues difícilmente podía integrarse en sus métodos de conocimiento científicos, pero mantenían las dos por separado.
Es bien conocida la anécdota entre Napoleón y su antiguo profesor Pierre Simon Laplace, quien originalmente estaba destinado al sacerdocio, pero se decantó por la ciencia. Napoleón, refiriéndose a la Exposition du système du monde, le dijo: «Me cuentan que ha escrito usted este gran libro sobre el sistema del universo sin haber mencionado ni una sola vez a su creador», y Laplace contestó: «Sire, nunca he necesitado esa hipótesis». Sin embargo, cien años antes, Newton recurrió a la voluntad divina para explicar las discrepancias de los movimientos de Júpiter y Saturno. El matemático Lagrange también había comentado: «¡Ah! Dios es una bella hipótesis que explica muchas cosas»; Napoleón le contó esto a Laplace, que argumentó: «Aunque esa hipótesis pueda explicar todo, no permite predecir nada».
Una actitud de completa separación entre lo científico y lo religioso, aunque posible, no es fácil. Una de las dos posturas tiende a ser dominante y la percepción de hechos científicos por personas religiosas y viceversa si tiene una correlación estadística clara. Así, por ejemplo, según datos del Foro PEW, referidos a EEUU:
la creencia en que la evolución no es la explicación correcta de la aparición del hombre es más común entre cristianos que entre los que no tienen religión declarada o no practican. (Figura 1)
La creencia en que la vida no ha evolucionado, sino que existió en su forma actual desde el principio de los tiempos, es directamente proporcional a la frecuencia con que se practica la religión. Esta creencia es mínima entre científicos, aunque todavía hay algunos, un 2%, que piensan que la evolución no ha tenido lugar, mientras que el público en general la comparte en más del 30% de los casos (al menos en los Estados Unidos)

Figura1: Religión y evolución (datos de de PEW forum)
Aunque estos datos se refieren exclusivamente a la teoría de la evolución, parece ser que hay una tendencia entre los científicos a no practicar la religión o incluso a declararse ateos o agnósticos. Un estudio concreto sobre creencias religiosas de la misma organización confirma esta tendencia, siempre en Estados Unidos, ¡claro!
La figura 2 muestra que los científicos que creen en Dios son bastante menos de la mitad mientras que la media de creyentes en la población es de 83%, y los científicos se declaran ateos con una frecuencia diez veces superior al público en general. Podemos concluir por tanto que no hay una contradicción estricta entre ciencia y religión, de hecho, un tercio de los científicos creen en Dios, pero si es más frecuente ser ateo entre los científicos y no creer en la evolución entre los practicantes religiosos asiduos.

Figura 2: Ciencia y creencias religiosas (datos de PEW forum)
También es cierto que la teoría de la evolución es particularmente sensible para los cristianos, debido al relato explícito del Génesis sobre la creación del hombre. Otras afirmaciones de la Ciencia no tienen esa carga y pueden ser admitidas sin interferencias por las personas con creencias religiosas profundas. En concreto, la teoría de la Gran Explosión (Big Bang) ha sido saludada por los cristianos como una alternativa más aceptable que la idea de un Universo infinito y eterno, pues deja lugar al acto de la creación por Dios, cosa que era irreconciliable con la existencia del Universo sin un comienzo definido. De hecho, la misma fuente de datos (Pew Forum) muestra que hay un consenso muy extendido entre los cristianos (entre el 80 y el 85%) sobre los efectos beneficiosos de la ciencia para la sociedad, sin demasiada influencia de la afiliación concreta a una u otra iglesia o de la frecuencia con que practican la religión.
Hasta aquí hemos visto exclusivamente la visión cristiana y, mas concretamente la USA, pero el mismo PEW Forum ha publicado, en agosto de 2020, entrevistas realizadas a un pequeño grupo de musulmanes, hindúes y budistas en Malasia y Singapur para ver sus ideas al respecto. Estos países han realizado grandes inversiones en investigación y desarrollo científicos y albergan poblaciones de religiones diversas.
No existe una visión única y universal de la relación entre la ciencia y la religión, pero se comentaron algunos temas comunes a los tres grupos religiosos. Por ejemplo, muchos musulmanes opinan que el Islam y la ciencia son básicamente compatibles, aunque reconocieron algunas áreas de fricción, como la teoría de la evolución. Como hemos visto antes, éste es también un punto de discordia entre la religión cristiana y la ciencia, al fin y al cabo, ambas religiones se basan en gran medida en los mismos textos.
Los hindúes describen generalmente la ciencia y la religión como ámbitos que se superponen. Muchos hindúes sostuvieron que hinduismo identificó hace mucho tiempo conceptos que luego fueron iluminados por la ciencia, por ejemplo, las propiedades antimicrobianas del cobre o los beneficios de la cúrcuma para la salud. A diferencia de los musulmanes. También consideran que la teoría de la evolución está incluida en sus enseñanzas religiosas.
Los budistas generalmente describieron la religión y la ciencia como dos esferas separadas y sin relación. Ven su religión como una guía para vivir una vida moral, mientras la ciencia se refiere a fenómenos observables. Muchos no encontraban ninguna área científica que les preocupara por razones religiosas y no vieron la teoría de la evolución como un punto de conflicto con su religión. Algunos dijeron que no creían que su religión abordara los orígenes de la vida en la Tierra.
Sin embargo, algunos miembros de los tres grupos religiosos expresaron preocupaciones religiosas respecto a ciertos temas de investigación en biotecnología, como la modificación genética de un bebé y la clonación de animales. Los musulmanes dijeron que la clonación alteraría el poder de Dios y que solo Dios debería crear seres vivos. Algunos, aunque no todos, los hindúes y budistas expresaron su preocupación por si estos avances científicos pudieran interferir con el karma o la reencarnación.