¿Hay vida después de la muerte?

Leo este título en un artículo de prensa y pienso que es un oximoron clarísimo pues la muerte es justamente el fin de la vida. A pesar de ello sigo leyendo.

El artículo indica que un médico retirado plantea “ideas que fusionan ciencia y misterio, abordando temas como la continuidad de la conciencia y la existencia de realidades más allá de lo físico. El doctor plantea cuestiones que invitan a repensar los límites de lo conocido”

El médico, exjefe de cirugía digestiva en un Hospital Universitario, fue un pionero de la cirugía laparoscópica en España. Al retirarse, sin embargo, se ha convertido en un investigador del más allá. Según el artículo, “sostiene que la ciencia ha desarrollado métodos y tecnologías que ofrecen evidencia para afirmar que, tras el cese de las funciones corporales, nuestra conciencia o esencia sigue existiendo en una dimensión distinta a la que conocemos”, un tema tradicionalmente abordado desde creencias espirituales y religiosas.

Veamos qué métodos y técnicas científicas son esas. Lástima, esa parte no figura en el artículo. Sin embargo, sigue con las reivindicaciones del citado médico:

Hay una supra conciencia, la cuál perdura después de la muerte, que tiene la capacidad para salir fuera del cuerpo” y, además: “es posible acceder a recuerdos de vidas pasadas a través de la hipnosis”. Más aún:“sostiene con firmeza que el karma es real, … reside en el subconsciente de cada persona y contiene las huellas de nuestras acciones y experiencias pasadas

 Como colofón parece que las : “ Dios es, sin duda, una “conciencia universal” y … no fue creada, sino que trasciende la creación misma, existiendo eternamente sin principio ni fin”.

Como yo seguía sin ver qué nuevos métodos y técnicas científicas le inducen a decir estas cosas, busco en Google y veo, en la web del mencionado médico, que ha publicado, o está apunto de publicar, con la ayuda de un con un periodista y emprendedor (sic) como coautor, un libro titulado: «La supraconciencia existe» (Editado por Planeta). Al parecer su interés por el “mas allá” proviene de una guardia de urgencias, durante la que tuvo que reanimar a un paciente que había sufrido una muerte clínica. El paciente compartió luego con el doctor una experiencia cercana a la muerte (ECM) que había vivido. Entonces “llegó a la conclusión de que el método científico tradicional no podía explicar completamente estas experiencias. Buscó respuestas en la física teórica, especialmente la física cuántica, que ofrece una visión del universo que va más allá de lo que podemos percibir con nuestros sentidos (en esto estoy de acuerdo). Esta disciplina sugiere que la realidad es mucho más compleja y misteriosa de lo que normalmente percibimos (en esto también). Pero ya en esto que sigue, no estoy de acuerdo, y si quieren saber por qué sigan leyendo por favor.

A través de su estudio de la física teórica, empezó a apreciar que fenómenos como la superposición y el entrelazamiento cuánticos podrían proporcionar una explicación para algunas de las experiencias reportadas en las ECM.

En la web hay varios videos sobre el tema, pero no he tenido paciencia para verlos. La cuestión es sencilla. Al juntar dos cosas de las que no se sabe mucho, hay tendencia a pensar que una puede explicar la otra. En una entrada anterior (Ética y Ciencia) comenté la peregrina idea del premio Nobel (recibido bastante después de exponer esta idea) Roger Penrose, de que la conciencia humana es un efecto de la gravedad cuántica (de la que no existe aún ninguna teoría que funcione) en los microtúbulos de las neuronas (¿solo en las humanas?) cuya función tampoco conocía (al menos él, que era un matemático, no un neuro-científico)[1]. Por cierto, tampoco conocemos que es exactamente la conciencia humana.

Noticia de prensa sobre los experimentos del Dr. Macdougall en 1907

En el caso que nos ocupa, el doctor experto en cirugía digestiva, ni es neurocientífico ni físico cuántico, pero aplica ideas que no domina (por decirlo suavemente) a un tema que ya es agua pasada en ciencia. El “alma”, ahora denominada “mente”, es universalmente admitida como un producto del cerebro, que no trasciende a éste. La última vez que vi algo sobre “el alma” es el precioso relato de André Maurois “Le peseur d’âmes” (El pesador de almas) de 1931. Creo que la idea de que el alma pesa 21 gramos viene de las investigaciones (no reproducidas ni por él mismo) del doctor Macdougall de Boston, que publicó en 1907 un artículo titulado “Hipótesis sobre la sustancia del alma junto con la evidencia experimental de la existencia de dicha sustancia”.

Esa noticia, rápidamente difundida por la prensa en su día, fue la que dio origen al “bulo” del peso de 21 gramos para el alma. De ahí la tomaría Maurois y luego González Iñárritu (para su película “21 gramos”). La sustancia del alma está realmente poco valorada desde hace mas de 100 años, pero hay mucho morbo aún con el tema. Puedo entender que siga atrayendo al público. Otros vemos en la TV “Poirot” y “Mentes criminales”. La verdad es que buscando en la web se encuentran muchas noticias similares, como:

https://www.cambio16.com/cientificos-alemanes-comprueban-que-hay-vida-despues-de-la-muerte/

https://www.laprensagrafica.com/tendencias/Hay-vida-despues-de-la-muerte-Medico-recopilo-5000-experiencias-y-esto-encontro-20230908-0052.html

https://www.eltiempo.com/cultura/gente/cientificos-explican-que-hay-despues-de-la-muerte-673376

https://www.latercera.com/tendencias/noticia/una-inteligencia-artificial-muestra-como-seria-la-vida-despues-de-la-muerte/VPBOUBMW2BFHBPRKW7R64OKDJU/#

… etc.

Lo que no entiendo que se trate de “vestir” esta absurdidad con ciencia y que lo haga un médico con muchos años de experiencia. Incluso el hecho de “pesar” un alma, hace más de 100 años, era en cierto modo una aproximación al método científico.

Otro periódico (El Confidencial) titulaba este mismo mes, “Hay vida después de la muerte, afirma el estudio más grande sobre las ECM”, aunque luego la noticia real era mucho más prosaica: “Un estudio elaborado por científicos de la Universidad de Southampton ha puesto en evidencia que la conciencia humana puede continuar varios minutos después de la muerte clínica. … Tras cuatro años de investigación en 15 hospitales de Reino Unido, Estados Unidos y Austria, los científicos pudieron observar

 que “de 2.060 pacientes que sufrieron un paro cardiaco, 330 sobrevivieron y 140 dijeron que habían experimentado algún tipo de conciencia mientras eran reanimados”… Según el director del estudio, se trata de uno de los estudios más importantes para la ciencia porque demuestra que el cerebro puede funcionar cuando el corazón deja de latir. De hecho, en los casos analizados “la conciencia parece haber continuado durante el período en que el corazón no latía hasta tres minutos”.

En estos términos la cosa es más creíble y ciertamente se atiene al método científico, pero saltar, hoy en día, de unos relatos de pacientes cerca de la muerte a la reencarnación, poder hablar con los muertos, el Karma y Dios, es ya demasiado para mí, y desde luego apelar a lo que no se entiende para tratar de explicar otra cosa que tampoco se entiende es rizar el rizo (loop the loop).

¿Dónde tenemos el sentido común? Si, ya se que es el menos común de los sentidos.


[1]Penrose cree que la capacidad del matemático Göedel [lo que según él desmonta la teoría computacional de la mente]proviene de un aspecto de la conciencia que no se explica como computación. De hecho, no puede explicarse por el funcionamiento de las neuronas, pues son demasiado grandes. No puede explicarse por la teoría de la evolución de Darwin, ni siquiera por la física tal y como la entendemos habitualmente. Los efectos mecánico-cuánticos, que han de explicarse en el marco de una teoría aún inexistente de la gravedad cuántica, operan en la estructura micro tubular que constituye el esqueleto en miniatura de las neuronas. Esos efectos son tan extraños que tal vez podrían corresponder a la rareza de la conciencia…La denuncia hecha por Penrose de la teoría computacional de la mente resulta ser, por una ironía del destino, todo un cumplido La teoría computacional se adecúa tan bien a nuestra forma de entender el mundo que, al procurar desbancarla, Penrose se ve obligado a rechazar la mayor parte de la neurociencia, la biología evolutiva y la física contemporáneas”. (Steven Pinker “Como funciona la mente”, Destino, 2008)

Publicado por Manu Barandiaran

Profesor emérito de la Universidad de País Vasco

2 comentarios sobre “¿Hay vida después de la muerte?

  1. Te leí ayer. A mí también me ha sorprendido mucho el médico que te refieres; lo digo porque casi seguro que será el mismo que me ha aparecido (de repente) en «mis» recomendaciones de YouTube. Su argumentación es muy variopinta, por usar una palabra que no significa gran cosa. Cuando empezó a meter la Mecánica Cuántica por medio…corté el visionado. Como se dice ahora, no quise perder 15 minutos de mi vida en eso…Por otro lado, creo (de memoria) que había algún relato de Edgar Allan Poe sobre estas situaciones.

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