Aunque la Ciencia es probablemente la actividad menos influenciada por creencias, intereses o emociones particulares, el desarrollo de la investigación, está sujeto a todas las complicaciones derivadas de las pasiones y debilidades de sus protagonistas, los investigadores de carne y hueso. El pecado capital del científico sería la soberbia, que se aviene mal a la admisión de los propios errores o a la rectificación de opiniones o ideas “originales” de cada uno. La Ciencia es pues sensible a las debilidades de sus creadores, que vienen marcadas por su ideología e intereses (salario, honores) y de sus patrocinadores (religión, política y negocios).
Las malas prácticas pueden ser de muy distinta índole y casi todas llevan a ”mala ciencia” aunque con distintos grados de engaño o fraude. Dejando aparte la Pseudociencia, la Ciencia “basura” os ofrezco un pequeño trabajo centrado en la Ciencia patológica, y sobre todo en el fraude, denunciado ya por Charles Babbage en el siglo XIX, en sus diversas “categorías” y muy de actualidad, debido a la creciente presión sobre los investigadores científicos. La ética es de especial importancia en la Ciencia, por sus amplísimas implicaciones y porque la cultura científica, al contrario que la política y los negocios, se basa en la confianza, no en la sospecha, lo que hace a los científicos más proclives a dejarse engañar por trucos realmente simples. Esta confianza mutua entre investigadores y la reputación de científicos consagrados puede hacer que falsas ideas, experimentos y teorías entren en el sistema y queden sin descubrir por décadas. A pesar de los filtros que es necesario pasar para conseguir publicar un trabajo científico, hay casos de mal hacer en ciencia que acaban recibiendo grandes honores antes de descubrirse el engaño. Estos casos son más comunes en Biomedicina y en Física, sin olvidar la Paleontología. Se repasan algunos ejemplos célebres tanto recientes como clásicos y se propone la necesidad de entrenar a los jóvenes científicos en un código de conducta ética en la investigación y publicación científicas. El entrenamiento precoz en las buenas prácticas de la ciencia debería incluirse de manera reglada en los programas de estudios universitarios, pues en la actualidad no se mencionan siquiera.
Como el escrito es un poco largo, lo presento en forma de PDF descargable. Con él inauguramos la sección de Manuescritos, que recibirá nuevas aportaciones en próximas entradas.
Este trabajo ha sido ya publicado en Euskera (Vasco) en la revista EKAIA con el título: “Zientzia eta etika: patologia eta iruzurra ikerketa zientifikoan”. Lo podéis descargar en: